La higiene en el salon de belleza

El Instituto Superior de Cosmetologia Jacqueline, ha compartido con nosotros un artículo muy valioso para nuestra comunidad, que habla sobre la higiene.

 

La higiene es una parte importante de cualquier práctica profesional, pero más aún para aquel que tiene contacto directo con sus clientes como es el caso de la cosmetóloga, estilista o cualquier practicante de la industria de belleza. Ella debe adherirse a un alto nivel de higiene tanto personal, como para su cliente. En el Iest Jacqueline, las alumnas llevan un curso dirigido por profesionales, donde les enseñan todo sobre higiene personal, higiene en el ámbito laboral, así como lo concerciente a la ética profesional.

 

 

Como dijo Winston Churchill, “Nunca hay una segunda oportunidad para dar una primera impresión.” ¡ Cuánta razón tenía!. Como profesional de la belleza y trabajando en una industria donde se pone tanto énfasis en las “apariencias”, es realmente una cuestión simple y fácil de direccionar. Si luces y actuas de una manera profesional, te tomarán en serio y tu reputación será la de una profesional que ofrece servicios de alta calidad. Nunca subestimes la forma cómo la gente te percibe. Vístete con un uniforme profesional impecable, fresca y limpia, además de tener el cabello limpio y ordenado (fuera de la cara), maquillaje sencillo, y sin uñas postizas. Todas estas cosas realmente harán una diferencia. Un buen aseo e higiene personal dice mucho acerca de tí y le dirá a tu cliente qué tipo de servicio de belleza segura es a la que experimentará.

El lavado de manos

 

Este es el escalón más importante en la prevención de la propagación de gérmenes que conducen a enfermedades e infecciones. Sepamos que el 80% de los gérmenes se transfieren de las manos. Todos utilizamos nuestras manos con mucho más frecuencia de lo que imaginamos. Lávate bien las manos y usa un desinfectante en gel durante el transcurso del día. Asegúrate de desinfectarte las manos delante de tu cliente inmediatamente antes de empezar a trabajar. ¿Crees que te lavas las manos lo suficiente y bien? Puede que te sorprendas. Aquí tenemos una guía útil para lavarse las manos con eficacia:

 

  1. Utiliza el agua a una temperatura cálida y confortable.
  2. Usa un chorro de jabón liquido para manos.
  3. Frótate las manos hasta formar una espuma durante al menos 20 segundos.
  4. Lávate bien entre los dedos y bajo las uñas.
  5. Enjuagate el jabón de manos
  6. Sécate las manos completamente, preferiblemente con al menos dos toallas de papel o secadores de aire.
  7. Cierra la llave de agua con toallas de papel y tira las toallas en el contenedor adecuado.
  8. Si no tienes acceso a agua y jabón, usa un gel desinfectante de buena calidad, vienen en varios tamaños, que puede mantenerse en tu estación de trabajo y en un kit.

 

Y recuérda…No toques la cara del cliente, después tu propia cara o cabello y luego la cara del cliente otra vez (doble inmersión).

 

Accesorios y cepillos sucios 

 

Una vez más, esto es de sentido común, pero que parece ser pasado por alto con demasiada frecuencia. Los cepillos y herramientas deben ser desinfectados adecuadamente. ¿limpias el rizador de pestañas con un producto para la limpieza después del uso? ¿Recuérdas cuando lo usaste la última vez y puedes estar seguro de que el cliente no tenía una infección en el ojo?

Se necesita práctica, pero es como lavarse las manos después de ir al baño – una necesidad absoluta. No te dejes engañar y no seas perezosa, al dejar tus herramientas de trabajo sucios es un pobre reflejo de su ética profesional y algo que no puede ser ignorado.


 

Productos contaminados 

 

¿Pones leche vencida en tu café? Si un producto no se ve, ni huele bien, entonces no lo uses, tíralo. Respeta la vida útil de los productos.

 

Como profesional de la belleza, el uso de los productos es más frequente y con más clientes que con nuestros productos personales. Abre y cierra las tapas después de cada uso, ya que al dejarlas abiertas, las bacterias se están metiendo al producto por la frecuencia de su uso. Según vemos en los comercios, la vida útil de la mayoría de los productos de belleza son “seis meses” pero que podría significar sólo “un mes” en el rimel o mascara.

 

Debemos pensar cómo se utilizan los productos y herramientas de trabajo, y hacer la preparación para una belleza segura antes y después del uso.

 

¿Estás usando materiales desechables correctamente? ¿Quién más podría haber tenido acceso a tus productos y el kit? Todas estas preguntas te ayudarán a determinan cuánto tiempo mantienes tu productos en uso.

 

Inmersión doble 

 

“Doble inmersión” es un término que todos los maquilladores profesionales y profesionales de la belleza deben tener en cuenta. Significa volver a cargar el mismo producto por inmersión con el aplicador en el envase más de una vez y volver a aplicar.

 

Piensa en el rimel, cuando has cargado el producto, aplicado a las pestañas superiores y luego vuelva a colocarlo en el tubo de rimel y luego aplicar el rimel para pestañas inferiores y continuar aplicando en las pestañas superiores. Las bacterias que viven en todos nuestras pestañas se habrán transferido desde la primera aplicación de máscara de pestañas en el tubo de rimel. El producto en el tubo se encuentran contaminado y así también el aplicador. Así que el rimel no deberían utilizarse en otra persona. A menudo los artistas de maquillaje piensan que utilizando un desechable por cliente es OK! Cuidado! La contaminación empieza en el momento en que la varita del rimel desechable se vuelve a cargar en el producto. Asi que ten a bien utilizar solo el pincel original que viene con el producto. Recuerda que una inmersión, una aplicación y a la basura.

 

Recordemos que con cualquier falta de higiene das pie a amenazas de acciones legales. Imagina a alguien que dice que le has provocado una infección al ojo o lo que es peor una úlcera corneal.

 

Tratemos a los demás como deseamos ser tratados.

Hasta la próxima!!!

 

Enlace | La higiene en el salon de belleza segun el Instituto Superior de Cosmetologia Jacqueline

Un comentario sobre «La higiene en el salon de belleza»

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